Desde que era un niño, siempre me propuse ayudar a un compañero que estaba siendo acosado.

Ya sea hablando con los propios acosadores, o acogiendo al alumno acosado en mi grupo de amigos, simplemente me irritaba ver cómo se aprovechaban de alguien y no poder hacer nada al respecto.

En cierto modo, sigo haciéndolo hoy como abogado de lesiones personales.

Simplemente, veo a las compañías de seguros como matones.

Tanto si se trata de convencer a una persona mayor que necesita una operación quirúrgica de que no tiene más remedio que llegar a un acuerdo por unos pocos miles de dólares como si se niega rotundamente la reclamación por daños materiales de una mujer que necesita llevar y recoger a sus hijos del colegio, simplemente no hay otra forma de describirlos.

Como abogado de lesiones personales, mi mantra es que no hay tal cosa como un "caso pequeño". Daré el 100% sin importar lo grande o pequeño que sea el caso.

Puedo garantizarte que siempre lucharé por conseguir lo que te mereces, o más.

Empecé a trabajar en un bufete de abogados de lesiones personales antes incluso de ser abogado. Rápidamente supe que este era el campo al que me dedicaría. 

Además, el éxito de un caso suele depender en gran medida de la capacidad del abogado para investigar la jurisprudencia pertinente, así como la información sobre la parte contraria. Hoy en día, la mayor parte de esta tarea se realiza por vía electrónica.

Soy experto en tecnología y dispongo de varias herramientas, programas informáticos específicos y métodos que utilizo para dar a mis clientes una ventaja sobre la competencia a la hora de reunir la información necesaria para presentar un caso sólido.

Domino el inglés, el hebreo y el español, idiomas que utilizo habitualmente en mi consulta.

He viajado a unos 40 países diferentes, en 6 continentes distintos.

He sido voluntario como profesor de inglés en un orfanato de Kenia y he enseñado inglés en una ciudad minera de China.

Aprovecho todas estas experiencias y las utilizo en mi beneficio mientras ejerzo la abogacía. He aprendido mucho por el camino, y estoy muy agradecido por haber sido bendecido con la oportunidad no sólo de enriquecerme a mí mismo, sino de ayudar a enriquecer a otros también.

Espero poder ayudarle, utilizando las herramientas que he reunido a lo largo de mi vida, con cualquier asunto legal que se le presente.